¿Qué es el impuesto de bienes inmuebles?

Es habitual que con la diversidad de impuestos que pagamos cada mes, no siempre sepamos que implica cada uno de ellos y si podemos reducirlos o bonificarlos. Es por esto por lo que en este artículo queremos profundizar en qué es el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para comprender su significado, cómo se calcula, quiénes están obligados a pagarlo y las posibles ventajas legales para pagar un poco menos, si es posible. 

¿Qué es el IBI?

Conocido popularmente como la "contribución urbana", el IBI es un impuesto municipal es un impuesto que se cobra en cada municipio por tener propiedades como casas, apartamentos o terrenos. Este impuesto se establece y recauda por los ayuntamientos de cada municipio, y sus ingresos contribuyen a financiar los servicios y obras públicas locales, como alumbrado, recogida de basuras, mantenimiento de calles, parques, entre otros.

¿Cómo se calcula?

El cálculo del IBI se basa en el valor catastral del inmueble, que es como el censo de las propiedades, lo fija la administración tributaria y se actualiza periódicamente. Este valor catastral refleja el valor de mercado del inmueble en un momento determinado, teniendo en cuenta diversos factores como la ubicación, el tamaño, la antigüedad y las características específicas de la propiedad. Así, dependiendo de dónde esté tu propiedad y de cómo sea, pagarás más o menos.

Una vez conocido el valor catastral, se le aplica un porcentaje (tipo impositivo) que decide el ayuntamiento, el cual puede variar según el municipio y el tipo de inmueble (urbano o rústico). Multiplicando el valor catastral por el tipo impositivo, sabremos la cuota íntegra del impuesto, que puede estar sujeta a diferentes coeficientes correctores establecidos por la normativa municipal. 

¿Quién debe pagarlo?

El IBI lo paga la persona o entidad que figura como titular de la propiedad en la fecha de pago del impuesto, que generalmente coincide con el 1 de enero de cada año. En el caso de inmuebles de alquiler, la responsabilidad de pago recae sobre el propietario, aunque este puede repercutir el importe del impuesto en el contrato de arrendamiento.

Cuando se vende una vivienda, normalmente es la persona que es propietaria el día 1 de enero quien tiene que pagar el impuesto. Es decir, si quisieras vender tu casa en el mes de febrero, por ejemplo, tendrías que pagar la anualidad igualmente. De todas formas, es común acordar con el comprador que se haga cargo de su parte proporcional. Es una forma sencilla de repartir equitativamente este asunto fiscal en la venta.

Reducciones y bonificaciones

Existen diferentes situaciones en las que los contribuyentes pueden beneficiarse de reducciones o bonificaciones en el pago del IBI, pero es importante saber que algunas de estas ayudas las tienen que dar sí o sí los ayuntamientos, y otras dependen de si ellos quieren ofrecerlas.

Algunos ejemplos de las ayudas obligatorias son:

  • 95% de bonificación para los bienes rústicos de las cooperativas agrarias.

  • 50% de bonificación para las viviendas de protección oficial durante los tres primeros años, pero los ayuntamientos pueden decidir prolongarlas.

En cuanto a las opcionales, algunas de las más comunes se dirigen a:

  • Familias Numerosas: pueden optar a una reducción en el importe del IBI, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos por la normativa local.

  • Inmuebles situados en zonas con pocos servicios públicos.

  • Inmuebles de especial interés cultural o patrimonial: algunos municipios ofrecen bonificaciones en el IBI a los propietarios de este tipo de inmuebles.

  • Inmuebles con sistemas para el aprovechamiento de la energía solar: bonificación para aquellos inmuebles en los que se instale este tipo de sistemas. A veces, estas reducciones van sujetas a la calificación energética de los edificios o viviendas, pero depende de la política municipal. En el Ayuntamiento de Vitoria, por ejemplo, con la etiqueta energética de clase A se obtiene un 50% de bonificación en este impuesto y, con la etiqueta de clase B, un 25%.

En definitiva, el Impuesto de Bienes Inmuebles es como un invitado obligado en la fiesta de la propiedad inmobiliaria en España. Calculado a partir del valor catastral y el tipo impositivo, este impuesto nos acompaña año tras año para financiar los servicios municipales. Y aunque a veces pueda parecer un poco tedioso, siempre podemos buscar esos pequeños tesoros en forma de reducciones y bonificaciones para hacerlo más llevadero. 

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