Más del 50% de la población mundial vive en ciudades, y ese porcentaje va creciendo. Aún así, también hay cierta tendencia a volver a la naturaleza. Muchas personas que deciden formar familia o sencillamente vivir una vida más calmada, buscan un hogar en un pueblo, más grande o más pequeño, donde iniciar una nueva etapa.
¿Eres cabra que tira al monte o urbanita incurable?
A la hora de decidir si es mejor la vida urbana o la de pueblo, tienes que pararte y pensar en cuál es tu ritmo de vida actual y cuál querrías llevar. Piensa en el trabajo que tienes, tu nivel económico, qué te gusta hacer en el tiempo libre, tu salud… Si te encanta tu empleo y está en la ciudad, te gusta descubrir locales nuevos en lugar de perderte en la montaña, eres urbanita. Ahora bien, tal vez últimamente estás empezando a decantarte por un ritmo de vida más tranquilo y cambiar la agenda cultural por las excursiones. En ese caso, te interesará especialmente lo que te contamos a continuación 🙂
12 ventajas de la vida de pueblo
1. Hay menos contaminación. En los pueblos hay menos tráfico, se está más cerca de bosques o playas y se genera menos basura. Así que el ambiente en general es más limpio.
2. Puedes ir caminando a todas partes. No necesitas coger el bus, el metro, la moto, el coche, la bici o el patinete para hacer un recado. Puedes llevarte tus propias piernas, lo cual es un ahorro y una forma de moverte.
3. La vida es más barata. Te ahorras el transporte público o la gasolina, los precios de restaurantes o actividades culturales son más baratos.
4. Puedes comprar una casa grande por el mismo precio que un piso pequeño en la ciudad. En Aliseda Inmobiliaria puedes ver la gran cantidad de casas, algunas de 2 y 3 plantas, que hay a precios muy económicos. Sobre todo si lo comparamos con las que puedes comprar en la ciudad por el mismo precio. Así que ganas en espacio y comodidad.
5-. Hay menos estrés. En la ciudad todo se mueve mucho más deprisa y de forma más caótica, en cambio en los pueblos la vida es más relajada
6. Es más seguro. En las ciudades, especialmente si son turísticas, hay más robos y accidentes de tráfico. En un pueblo caminarás con tranquilidad por la calle sin la preocupación de que te roben la cartera.
7. Puedes practicar un consumo más responsable. En un pueblo tienes la oportunidad de hacer consumo de proximidad, comprando frutas, verduras o carne producida por los agricultores de la zona. El precio suele ser justo y la calidad es muy buena. Y en general, al no haber tantas tiendas low cost, compras menos y ahorras.
8. Reconectas con la naturaleza. Respiras aire más limpio, tu mirada se relaja y tienes a tiro de piedra caminos para hacer senderismo y practicar otros deportes al aire libre.
9. La gente se conoce. Para algunos será una desventaja, pero para otros es una posibilidad de tener relaciones reales más allá de las redes sociales. Saludarse y conversar con personas de verdad a las que ves día tras día.
10. La salud mejora. Con un aire menos contaminado, estando en contacto con la naturaleza y disminuyendo los niveles de estrés, la salud mejora sí o sí.
11. Si tienes hijos, jugarán en la calle. En la ciudad es imposible, pero en los pueblos los niños y niñas gozan de libertad para disfrutar de los juegos en las calles sin miedo.
12. Aparcar cerca de casa. Un sueño de muchas personas hecho realidad: poder dejar el coche en la puerta o a un par de minutos del hogar.
Y con todo esto… ¿cómo lo ves? De momento echa un vistazo a las Viviendas en venta ¡y tal vez te entren ganas de desplazarte a un pequeño pueblo!